A veces me creo que vienes por detrás en silencio y me siento como una triste Amelié tiznada de harina, sin saber si al darme la vuelta el rubor de los calefactores de mis mejillas me empañarán tanto las lentillas que no podré vislumbrar tu cara…
A veces te imagino sentado frente a mí, acercándote poco a poco con mirada palpitante, y yo mirándote sin saber mis ojos donde enfocar…si a tus ojos, tu boca o tu aliento suave…
Y así te vas acercando más y más y mi pecho se transforma en un metrónomo obsesionado en convertirse en un director de orquesta con una obra de Allegro…en salirse del pecho traspasando miles de sentimientos…
Y te acercas más y mi boca se humedece con lascivas lenguas que toda la cavidad llenan de ansias…
y cada vez más cerca hasta que casi huelo tu colonia…
y mis manos sudan lo que no suda mi cuerpo,
y mis dedos se vuelven mariposas que no vuelan nunca recto,
y mis bajos se emocionan y te requieren…
y cada vez más cerca hasta que llegas a dos centímetros de mi nariz y entonces…
yo me acerco más, mi inclino atrapando entre mis pechos los deseos que brotan del tuyo y te beso….