martes, 7 de octubre de 2008

quiero


quiero...
Paseando de nuevo contigo, compañero, encontramos esta pared donde alguien, en un giro de lucidez extrema, expuso para todos los públicos algo que en una tarde de mayo caliente y llena de vencejos leyó sintiendo que otro alguien, allende los mares y hace ya algunos pocos de años, había escrito lo que él quería hacerle a uno o una susodicho o susodicha…

Y me acordé de este cuento de Galeano…

En la selva amazónica la primera mujer y el primer hombre se miraron con curiosidad. Era raro lo que tenían entre las piernas.

- ¿Te han cortado? —preguntó el hombre.

- No —dijo ella—. Siempre he sido así.

Él la examinó de cerca. Se rascó la cabeza. Allí había una llaga abierta. Dijo:

- No comas yuca, ni plátanos, ni ninguna fruta que se raje al madurar. Yo te curaré. Échate en la hamaca y descansa.

Ella obedeció. Con paciencia tragó los menjunjes de hierbas y se dejó aplicar las pomadas y los ungüentos. Tenía que apretar los dientes para no reírse, cuando él le decía:

- No te preocupes.

El juego le gustaba, aunque ya empezaba a cansarse de vivir en ayunas y tendida en una hamaca. La memoria de las frutas le hacía agua la boca.

Una tarde, el hombre llegó corriendo a través de la floresta. Daba saltos de euforia y gritaba: - ¡Lo encontré!¡Lo encontré! A

cababa de ver al mono curando a la mona en la copa de un árbol.

- Es así —dijo el hombre, aproximándose la mujer.

Cuando terminó el largo abrazo, un aroma espeso, de flores y frutas, invadió el aire. De los cuerpos, que yacían juntos, se desprendían vapores y fulgores jamás vistos, y era tanta su hermosura que se morían de vergüenza los soles y los dioses.

Eduardo Galeano, “Amares”.


Foto de un amigo de la amiga de la mi hermana...

Sólo resuena Ivan Ferreiro en mi cabeza…y tu voz de por las mañanas antes de irte…y mi risa...

Música:espectáculo...


No hay comentarios: