martes, 21 de enero de 2014

Convertida por obra y gracia de ti

Creas dependencia...y si no lo sabes, ya te lo digo yo.
Me conviertes en un extraño anciano con síndrome de Diógenes que acumula histéricamente nuestros recuerdos, conversaciones, silencios, respiraciones, suspiros, besos, jadeos, paseos, miradas, caricias, penetraciones, abrazos, palpitaciones, sensaciones, manos agarradas, piernas cruzadas...
Me conviertes en una jodida yonki que busca cada minuto que pienses en mí igual o más que como yo lo hago con tu silueta grapada en mi pupila en cada segundo.
Me conviertes en alguien que depende de tu ánimo para estar bien...sabiendo que eso no debe ser así pero mandando a la mierda al subconsciente ajeno porque es prácticamente imposible no ligarse a alguien cuando se le quiere.
Me conviertes en una hermana Izquierdo que anhela de forma brutalmente pueril que no te enfríes, que no decaigas y que me quieras hoy y mañana y cuando haga buen tiempo.
Me conviertes en una Oda Mae acojonada por predecir que venga una extraña calma silenciosa que se imponga entre nosotros y sea el inicio de que todo se va a la mierda y que por miedos o circunstancias a lo Delibes acabe con todo.

Me conviertes en algo que se enamora y me da pavor...pero no me queda más remedio que caer en este aletargamiento y dejarme llevar por las olas de un mar interior...




No hay comentarios: