viernes, 27 de febrero de 2009


Caminaba como podía, con una especie de levitación no-espiritual, como si su cuerpo fuese una cántara de 5 litros de agua que se movía ondulante en la que miles de peces en su interior danzaban con el ritmo lírico de los barítonos cetáceos…Caminaba subiendo la cuesta que precedía a su Santa casa intentando no derramar el líquido caliente que se contoneaba en sus lorzanas caderas.
Caminaba cansada y sofocante, asfixiada y con un velo de calor en la boca por el penetrante olor incensario que por osmosis se quedó en su pelo a la salida de la Iglesia…
No recordaba cuántos besos dio, cuantos consuelos cayeron en sus oídos pequeños, cuantas mujeres y personas, que no tenía ni pajolera idea de quiénes eran, la habían dicho palabras de consuelo recién salidas de hornos calientes y con olor a rancios ósculos no-robados bajo aquella cúpula mareante…”lo siento, hija”…”Pa lo que necesites, ahí nos tienes”…”no somos nadie”…”Ahora a ser fuertes que Dios así lo quiere”…
Caminaba cansada de tener las manos secas y picantes por el pañuelo con olor a miel casi deshecho que doblaba sin saber porqué, de tener los ojos llenos de imágenes que no le gustaban, de sonrisas y lágrimas ya perdidas, cansada de tener una especie de resaca inamovible y latente que ni con espidifenes se iba, oye…
Caminaba hecha polvo cuando al doblar la esquina, algo se transformó y el olor a noche de verano reciente, a calor refrescante, a despreocupaciones, a sentirse pequeña (que ya lo era), el olor a recuerdos, a saberse protegida por el pecho materno que no aguardaba en casa bajo la enagua que aplasta el brasero, a vencejos insomnes por los soles faroriles que impregnaban su calle formando candilás entre los naranjos, a pan recién hecho de la panadería de su calle adalmatada que siempre le hacía salivar y saborear extraños bocadillos de choped lo inundó todo y caminaba como tele-transportándose a un sitio más calmado y sonrió…así…de forma espontánea…casi con vergüenza por ser vista por alguien…por quedar como una frívola…porque le salió del alma…
Pero al entrar la llave en su casa, el frió de saberse perdida y solitaria le hizo borrarla de golpe y volvió a caminar cansada…


Foto: los Molinos…

Música: la de la calle…


mis fuerzas van volando hacia el jomio del alma....

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